jueves, 17 de julio de 2008

RELATOS A LA LUZ DE LA LUNA


Luna llena. Y ya se sabe, nos reunimos esta noche para contarnos pequeñas historias a la luz de la luna llena. Ahí van tres de Anthony de Mello. El primerito... ¡estos niños!!

La madre: "¿Sabías que Dios estaba presente cuando cogiste esa galleta de la cocina?"
El niño: "Sí."
"¿Y sabías que te estaba viendo?"
"Sí."
"¿Y qué crees que te estaba diciendo Dios."
"Me decía: "No estás tú solo; estamos los dos. De modo que coge dos galletas.""

El segundo, una nueva versión de la viga en el ojo ajeno

Un viejo marinero dejó de fumar cuando vio que su loro tosía cada vez más. Tenía miedo de que el humo de su pipa, que casi siempre llenaba la habitación, fuera perjudicial para la salud de su loro.
Luego hizo que un veterinario examinara al animal. Y, tras un concienzudo reconocimiento, el veterinario llegó a la conclusión de que el loro no padecía de psitacosis ni de pneumonía. Sencillamente, imitaba la tos del fumador empedernido que era su dueño.

Y el tercero, un poco más largo, sobre esos métodos de enseñanza

Al darse cuenta de que su padre se estaba haciendo viejo, el hijo de un ladrón le pidió: "Padre, enséñame el oficio, para que, cuando te retires, pueda yo seguir la tradición de la familia."
El padre no dijo ni palabra, pero aquella noche se llevó al muchacho consigo para asaltar una casa. Una vez dentro, abrió un gran armario y ordenó a su hijo que averiguara lo que había dentro. Apenas el muchacho se había introducido en el armario, el padre cerró violentamente la puerta y dio vuelta a la llave, haciendo tanto ruido que logró despertar a toda la casa. A continuación, se largó tranquilamente.
En el interior del armario, el muchacho estaba aterrorizado, enojadísimo y preguntándose cómo iba a arreglárselas para escapar. Entonces tuvo una idea: comenzó a maullar como un gato; con lo cual, un criado encendió una vela y abrió el armario para dejar salir al gato. En cuanto se abrió la puerta, el muchacho saltó afuera y todo el mundo se fue tras él.
Al topar con un pozo que había junto al camino, el muchacho arrojó en él una enorme piedra y se ocultó en las sombras; al cabo de una rato logró escabullirse, mientras sus perseguidores escudriñaban el pozo con la esperanza de descubrir en él al ladrón.
De regreso a su casa, el muchacho se olvidó de su enfado, impaciente como estaba por relatar su aventura. Pero su padre le dijo: "¿Para qué me cuentas esa historia? Estás aquí, y eso es lo que importa. Ya has aprendido el oficio."
Feliz luna llena. Sinceramente vuestra. SELENIA

3 comentarios:

Júpiter dijo...

hola! lamento haber estado tanto tiempo desaparecida, pero es que he tenido unos problemitas... gracias por lo de la luna llena, yo tambien la celebre, pero a mi modo ;) que estes bien cuidate, tratare de no desaparecer tam seguido. Besos, cariños y abrazos.
Sel...

HELIO Y SELENIA dijo...

Ehhhh pero si no hace tanto que pasaste... cuantas lunas? no fueron tantas!!
un besote
SELENIA

HELIO Y SELENIA dijo...

Ehhhh pero si no hace tanto que pasaste... cuantas lunas? no fueron tantas!!
un besote
SELENIA