lunes, 28 de julio de 2008

CUÑA PUBLICITARIA

Estaba preparando un arroz a la milanesa cuando me he puesto a llorar como una magdalena. No, no era tristeza, no era añoranza, ni siquiera alegría intensa...

¡Nunca más!


Gafas para no llorar

Con lo buena que está la cebolla y la de gente que conozco que no la toma por no echarse unos llantos cuando se corta. Y todo por los dichosos vapores.

Untar con vinagre el cuchillo, cortarlas bajo el agua del grifo o pasarlas por agua caliente antes son algunos de los consejos que muchas veces no funcionan. ¿Cuál es entonces la solución? Pues unas gafas para no llorar.

Las de la imagen están especialmente pensadas para usar en la cocina gracias a la capa de espuma que aisla completamente los ojos de los vapores de la cocina, incluyendo por supuesto los de la cebolla.

Cuestan 18 euros.


Lo copié del blog compradicción

¡¡Qué inventen ellos!! (¿fue Unamuno quien lo dijo?)

Sinceramente vuestra. SELENIA


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