Estos días, ¡y los que nos quedan! estamos dándonos buenos viajes por las maravillas naturales de la Gaia de mano de Miguel Ángel.
Hoy la propuesta es distinta. De mano de José Antonio Marina, psícologo y filósofo (el cual tuve el inmenso placer de conocer en persona no hace más de un mes) y de mano de su libro "laberinto sentimental" (el cual tengo el inmenso placer de estar leyendo) nos vamos de tourné por los sentimientos más exóticos a lo largo y ancho de este mundo.
La idea central es que los sentimientos, o buena parte de ellos, son un fruto cultural. Es decir, sentimos de un modo u otro según donde nos criemos. Algunos de los sentimientos más peculiares a lo largo del mundo:
- JAPÓN. El AMAE es un sentimiento de sentirse desamparado y necesitado de afecto de otro... es por tanto típico de un hijo hacia su madre; pero en ese sentido se educa a los japoneses, dando una cultura de interdependencia, para nada a la autonomía e independencia promovida en occidente.
- HAWAI. El conocido por las películas ALOHA. Es un complejo sentimental de amor, afecto, gratitud, amabilidad, compasión y pena... pero sin implicar ninguna relación afectiva especial... es tan solo desear unos vagos buenos deseos.
- ESQUIMALES. ¿Qué van a sentir? pues frío y valoran mucho la proximidad física que les da calor. IVA es un sentimiento de cercanía con fuerte vínculo sentimetal. Literalmente significa "estar junto a alguien bajo la misma manta"
- JAVA. Sienten SUNGKAN, educado respeto ante un superior o igual desconocido. Es el sentimiento principal en el que se educa a todo javanés.
- El pueblo de los ilongot en FILIPINAS, sienten LIGET. Liguet es una furia, una pasión, energía, impulso vital.. tanto se tiene para trabajar como para asesinar. El LIGET es el que engendra un hijo. Hay LIGET en las fuerzas de la naturaleza, en una tormenta, en el viento, la lluvia o el fuego. Incluso hay LIGET en la pimienta, en el licor, etc
Y se me ocurre que la lista sería infinita. Parece ser que si uno no es gallego nunca sabrá del todo qué es la MORRIÑA, que debe ser algo así como la nostalgia suave y honda en un día de lluvia fina de esos que tanto hay en Galicia. O cómo descifrar la SAUDADE portuguesa... esa pena de fondo de los portugueses (por cierto, hasta en eso se parecen los gallegos y los portugueses... hasta en los sentimientos)
¡Qué cosas! bueno os dejo de dar la tabarra, aunque me temo que volveré a hablar del librito de marras... está bien esto de estudiar sobre los sentimientos propios y ajenos.
Sinceramente vuestra. SELENIA
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