lunes, 28 de abril de 2008

LIBRO RECOMENDADO



Hace ya unos días, Xiny, una amiga de Santiago de Chile, me recomendó la lectura de un libro que he tardado demasiado tiempo en leerlo, porque la verdad es de los de un tirón.
No sé a ustedes, pero a mí me encanta que me recomienden libros, en primer lugar porque es un seguro... el libro al menos le ha gustado a una persona, luego malísimo no puede ser (y en este caso es bueno, muy bueno) y en segundo lugar y sobre todo, porque el libro se me presenta como de dos autores, me encuentro en el al escritor y al amigo que me lo recomendó.

Ahhh que se me olvida, el libro es Eva Luna, de Isabel Allende.

Cuenta la historia, entre otras tramas, de una contadora de historias. Y ahí sin duda me encuentro en parte con la escritora, con Allende.

Aquí va un trocito maravilloso.

- Cuenta una historia para distraernos
-¿Cómo te gustaría?
- Algo que no le hayas contado a nadie. Invéntala para mí.
"Había una vez una mujer cuyo oficio era contar cuentos. Iba por todas partes ofreciendo su mercadreía, relatos de aventuras, de suspenso, de horror o de lujuria, todo a precio justo. Un mediodía de agosto se encontraba en el centro de una plaza, cuando vio avanzar hacia ella un hombre soberbio, delgado y duro como un sable. Venía cansado, con un arma en el brazo, cubierto del povo de lugares distantes y cuando se detuvo, ella notó un olor de tristeza y supo al punto que ese hombre venía de la guera. La soledad y la violencia le habían metido esquirlas de hierro en el alma y lo habían privado de la facultad de amarse a sí mismo. ¿Tú eres la que cuenta cuentos?, preguntó el extranjero. Para servirte, replicó ella. El hombre sacó cinco monedas de oro y se las puso en la mano. Entonces véndeme un paso, porque el mío está lleno de sangre y de lamentos y no me sirve para transitar por la vida, he estado en tantas batallas, que por allí se me perdió hasta el nombre de mi mader, dijo. Ella no pudo negarse, porque temió que el extranjero se derrumbara en la plaza convertido en un puñado de polvo, como ocurre finalmente a quien carece de buenos recuerdos. Le indicó que se sentara a su lado y al ver sus ojos de cerca se le dio vuelta la lástima y sintió un deseo poderoso de aprisionarlo en sus brazos. Comenzó a hablar. Toda la tarde y toda la noche estuvo construyendo un buen pasado para ese guerrero, poniendo en la tarea su vasta experiencia y la pasión que el desconocido había provocado en ella. Fue un largo discurso, porque quiso ofrecerle un destino de novela y tuvo que inventarlo todo, desde su nacimiento hasta el día presente, sus sueños, anhelos y secretos, la vida de sus padres y hermanos y hasta la geografía y la historia de su tierra. Por fin amaneció y en la primera luz del día ella comprobó que el olor de la tristeza se había esfumado. Suspiró, cerró los ojos y al sentir su espíritu vacío como el de un reción nacido, comprendió que en el afán de compacerlo le había entregado su propia memoria, ya no sabía qué era suyo y cuánto ahora pertenecía a él, sus pasados habían quedado anudados en una sola trenza. Había entrado hasta el fondo en su propio cuento y ya no podía recoger sus palabras, pero tampoco quiso hacerlo y se abandonó al placer de fundirse con él en la misma historia..."

Y días más tarde.

- No te tocarán porque equivale a reconocer que dices al verdad. Y a propósito de historias, me he quedado pensando en el significado del cuento de esa mujer que le vende un pasado a un guerrero...
-¿Todavía estás dándole vueltas a eso? Veo que eres hombre de reacciones lentas...

Y ahí en parte me encuentro con mi amiga, con Xiny.
Que precioso. ¿Se imaginan poder recontar de nuevo nuestro pasado?. Pues dejen de imaginar, realmente no hacemos otra cosa. Somos en buena parte nuestra historia; pero nuestra historia filtrada... qué tendrá la memoria que de todos los segundos, todas las vivencias, todas las situaciones vividas.... filtra tan sólo unas cuantas (aveces las más agradables, no siempre las más bellas, quizá no del todo las más importantes...) que forman, que tejen, nuestro recuerdo, nuestra memoria, nuestra historia, lo que somos.
Estoy ahora gozando (sic) de mi padre enfermo, con demencia senil. Qué maravilla ver como filtra de forma distinta sus recuerdos a lo que a mí me parecería lógico: extrae de su memoria situaciones con todo detalle que hace unos años era imposible que lo recordara; ¿en qué parte de su cerebro quedó dormida esa imagen, creía muerta, y que ahora vuelve a su memoria, y a la nuestra?
Otros no sólo eligen consciente o inconscientemente unos momentos para formar su ser, su historia; sino que sienten la bella necesidad de completar esa historia que unas y otras circunstancias no permitieron vivenciar ni disfrutar la historia que por derecho propio, le correspondía.

Gracias Xiny.

Ahhhh y ya que estamos... voy a hacer esta misma tarde unas llamadas y contactos con algunos amigos perdidos en el olvido... Te lo debo (me debo una) Xiny.

¿Que cómo es Xiny?.... mmm... ¿cómo decirlo? Es de ese puñadito selecto de personas que se le cruzan a uno en su vida y que, parafraseando a francisco salinas, "sacan de mí, mi mejor yo"

Sinceramente vuestra. SELENIA


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