Aunque pelín retrasado ahi va la historia a la luz de la luna llena de este mes.
Me lo contó hace unos días por telefono un amiguete que pasó un mes de retiro medio zen por allá por la India.
Erasé un buen hombre que vivía en un pueblo en un pequeño país.
En un sorteo le tocó un maravilloso caballo.
Todos los habitantes del pueblo se le acercaron, como no podía ser de otra manera, a felicitarle y admirados ante la buena suerte que había tenido.
Ante ello nuestro buen hombre dijo, muy sereno:
- "Buena suerte, mala suerte. Nunca se sabe"
Al tiempo el maravilloso caballo se le escapa.
Vuelve a pasar todas las gentes del pueblo a mostrarle su apoyo ante la malísima mala suerte que había tenido perdiendo ese caballo sin par.
- "Buena suerte, mala suerte. Nunca se sabe".
Al cabo de no muchos días el caballo perdido regresó a casa acompañado de una yegua preciosa.
Todo el pueblo de nuevo desfilo ante la casa del buen hombre con gran júbilo y haciéndole ver la grandísima suerte que tenía al haberle tocado en un sorteo ese caballo y que le hubiera traído una yegua aún más bella que el mismo caballo.
- Buena suerte, mala suerte, nunca se sabe.
En menos de un mes el único hijo que tenía el buen hombre, heredero de toda su hacienda y su taller, a lomos de la yegua cayó a tierra fracturándose las dos piernas y quedando impedido de por vida.
La gente del pueblo, compungida, pasó de nuevo por la casa del buen hombre a mostrarle su apoyo y su con-sufrimiento ante tal desgracia y muestra de mala suerte.
- Buena suerte, mala suerte, nunca se sabe.
Ante lo cual, la gente no salía de su asombro ante la postura del buen hombre frente a la desgracia.
Al cabo de unos meses el pequeño país entró en guerra con el país vecino. A la guerra partieron todos los jóvenes del pueblo, menos el impedido. En una funesta batalla todos los hijos del pueblo fueron apresados y degollados.
- Buena suerte, mala suerte, nunca se sabe.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y quien no levante el culo, se le ha pegado.
Sinceramente vuestra. SELENIA
domingo, 17 de agosto de 2008
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